La excursión en familia depende de la edad de los niños y de los gustos de cada uno. La cuestión se plantea sobre todo cuando hay niños de muy corta edad. Si acepta dejarse llevar en la espalda durante varias hora, y no pesan demasiado, por que no. Los portabebes son muy eficaces pero, cuando el niño supera los dos años, su concepción es demasiado simple para la montaña. Se puede mejorar enormemente un portabebes agregándole, por ejemplo un cinturón ventral almohadillado como los nuevos de última generación.
Llevar consigo a un niño de corta edad implica una gran responsabilidad. No se puede cometer ningún error: tomar un camino dificultoso, dejarse atrapar por el mal tiempo o simplemente tener que soportar bruscos descensos de temperatura. Sobre la espalda, el niño inmóvil tiene muy pocos medios de defensa natural. También hay que desconfiar del sol, es decir de las quemaduras, de la insolación y de la deshidratación. En un simple paseo por la tarde, en verano, a una altitud media, una pareja y un niño de 2 años consumen fácilmente 3 litros de agua.
Cuando una familia compuesta de tres personas realiza una excursión de este tipo, la mejor formula es que uno lleve al niño y el otro el material y los víveres necesarios para todos .Para el niño es preciso prever un conjunto de de equipamiento muy especifico un impermeable, gorro, guantes y calcetines de lana (estos últimos deberán ser lo suficientemente grandes para colocarlos por encima del calzado).
Los niños son más sensibles que los adultos a las picaduras de los insectos o alas mordeduras de los reptiles .Disponer de un botiquín completo es fundamental, y vigilar al niño elemental