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PROHIBICIÓN TEMPORAL DE ESCALADA DESDE LA PASARELA DE PATONES.

Sin lugar a dudas, los practicantes de la escalada han de cuidar al máximo el entorno en el que escalan. Las paredes en las que se encuentran instaladas las vías siempre tienen un dueño (privado o público) pese a lo que algunos crean, y es responsable civil de lo que pueda suceder en ellas. Por ello es de agradecer que hasta la fecha, la histórica convivencia entre unos y otros ha permitido que unos puedan escalar y otros no se sientan necesariamente perjudicados.
Más allá de estos usos deportivos, cualquier otro uso inadecuado y poco respetuoso con el entorno, irá en perjuicio directo del resto de escaladores que de forma anónima y tradicional han disfrutado de la escalada y respetado el entorno.
Nos encontramos con que somos cada vez más, y que los comportamientos inapropiados de unos pocos tiene una lamentable repercusión para todos, haciendo planear el fantasma de la prohibición. También es verdad que la búsqueda de soluciones a nuevos problemas ha de ser estudiada y acordada por las partes, es decir los responsables del terreno y los representantes de los escaladores, teniendo presente que una prohibición sin más, lejos de ser una solución es una forma de complicar aún más las cosas (como nos ha demostrado la experiencia en otros sitios).
El Canal de Isabel II manifiesta estar abierta a propuestas por parte de la Federación que compatibilicen usos como el senderismo con la escalada en el sector de la pasarela y siempre que se garantice al máximo la seguridad de los usuarios y el uso de las instalaciones (la pasarela y la presa). Lo que se concreta fundamentalmente en: No realizar rápeles desde la barandilla, ya que se la somete a cargas para las que no ha sido concebida y que por otra parte no es una actividad de escalada. No subirse a la barandilla para llegar más fácilmente a los primeros pasos. No realizar maniobras como tirolinas u otras desde las instalaciones del Canal, punto totalmente ajeno a la escalada y que perjudica enormemente nuestra actividad. De manera especial seremos extremadamente cuidadosos los escaladores cuando tengamos personas pasando por debajo.
Está en beneficio de todos atender estas solicitudes para garantizar la convivencia y la buena marcha de las actividades deportivas en este enclave.


Antecedentes

Fuente: Desnivel
El pasado verano comenzaron los primeros contactos (por correo electrónico) de los escaladores con el Canal. Un cartel a la entrada de la Pasarela con el siguiente texto: “La presa de El Pontón de la Oliva, construida en 1851, y su entorno forman parte del Patrimonio Histórico del Canal de Isabel II. Por motivos de seguridad y conservación no está permitida la fijación de dispositivos de escalada ni la práctica de deportes que comporten riesgo personal o deterioro de las mismas”, y el hecho de que agentes del Canal estuvieran solicitando la documentación a los escaladores que hacían alguna de sus vías, hicieron saltar las alarmas. El Canal alegó lo siguiente: “la presa del Pontón de la Oliva (muro, torre de toma, pasarela...) no está ni adaptada, ni diseñada, ni pensada para que se pueda realizar este tipo de actividad (…).
Lo que está limitado/prohibido no es sólo la escalada en la pasarela, sino el uso en cualquiera de las instalaciones propiedad del Canal de Isabel II (por el carácter privado de la instalación, su condición de bien histórico, y porque no nos podemos responsabilizar de que sea utilizada para un fin distinto del propio de la misma). Además, en ocasiones se colocan anclajes en la torre de toma, practican la ‘tirolina’ en la presa, etcétera”. “(…) la pasarela es una zona de paso y, si cayera alguna piedra, por ejemplo, podría causar daños a las personas que se encuentran en esa área” (por la pasarela discurre un tramo del GR-88).
Durante el intercambio de correos, se explicó al Canal que la escalada no afecta a las construcciones del Pontón, que los escaladores no instalan anclajes de escalada en otro terreno que no sea la roca natural y que las vías que existen por encima de la pasarela se abrieron hace muchos años y que la posibilidad de que se produzca caída de piedras es muy remota. Ambas partes acordaron reunirse pasado el mes de agosto.
La reunión.
El 1 de octubre, un representante de la Federación Madrileña de Montañismo, Carlos Fernández Ballesteros (gerente de la misma), y el autor de la guía de escalada en Patones, José Manuel Velázquez-Gaztelu, también redactor de la revista Desnivel y asesor de la Vocalía de Escalada de la FMM, se reunieron con distintos cargos del Canal –entre otros con parte de su gabinete jurídico– en las oficinas de esta empresa que administra los recursos hídricos de casi toda la Comunidad de Madrid. Los escaladores expusieron sus razones de por qué consideraban la prohibición desmesurada y poco objetiva y el Canal explicó un hecho que hasta entonces circulaba por la escuela en forma de rumor: una persona que había sufrido un accidente (no de escalada, sino por caída de piedras, según declaró) había reclamado una indemnización al Canal. Aunque la demanda se ha desestimado, la dirección del Canal no está dispuesta a que esto pueda repetirse y declara incompatible el uso del senderismo con el de la escalada en este tramo del GR-88, el de la Pasarela. Derivado de esto mismo, el Canal expresó su preocupación por el deterioro de la barandilla provocado por los rápeles y tirolinas que se instalan desde la Pasarela y también por los escaladores que se suben a ella para coser la primera chapa o para saltarse los primeros pasos (en ocasiones los más difíciles) de las vías.
Carlos y José Manuel explicaron que los escaladores no son los responsables de que se hagan rápeles o tirolinas desde la Pasarela, que bastaría con prohibir estas actividades, así como subirse a la barandilla, que el senderismo en esta parte del GR es totalmente compatible con la escalada –y así lo ha sido durante más de dos décadas– y que tanto los canales de información de que dispone la FMM como el publicar un aviso en la nueva guía y las webs especializadas –además de carteles en la entrada del sector– bastaría para hacer saber al colectivo escalador que se deben cumplir ciertas normas para poder seguir escalando en este muro. El Canal contestó que no pueden permitirse establecer vigilancia permanente en la zona, que los carteles instalados habían sido arrancados y que el gabinete jurídico, después de analizar el problema, no encuentra una solución viable que contemple la escalada en esta pared que alberga una veintena de rutas. De todas formas, durante toda la reunión expresaron estar abiertos a nuevas propuestas y posibles soluciones.

Conclusión
Escalar desde la Pasarela está prohibido. ¿Permanentemente? Permanentemente o hasta encontrar una solución de carácter jurídico que exima al Canal de ciertas responsabilidades en caso de un accidente. No parece algo sencillo, pero es muy positivo que desde el Canal declaren ser flexibles y estar a la espera de una propuesta que desbloquee la prohibición.
Por otra parte, este primer encuentro puede considerarse como el arranque de futuros acuerdos y colaboraciones en relación a senderos y otras zonas madrileñas de escalada con paredes próximas a instalaciones del Canal o directamente dentro de terrenos del mismo.